alma de las empanadas y del pastel de choclos. Asimismo se ha difundido el gusto por el "pirco" (pidku), asimilable también al pilko de los quechuas, menos socorrido pero más sabroso, distinguiendo un guiso de porotos verdes quebrados (judías verdes), choclo picado, zapallo y grasa. Es a este repertorio al cual hay que agregar como componente el "mote", o sea el trigo que con un buen hervor llega a soltar el pellejo. Bien pelado e hinchado y cocido de nuevo con grasa o aceite, integra un plato especial, adornado con papas cocidas en una auténtica tradición quechua.
La asadura o coradella de los españoles generó en América curiosas adaptaciones. Tanto las "parrilladas" o "cocimientos" de toda América como los hispánicos "churrascos" (carne asada) no han podido generalizarse tanto como los "chunchules" (chunchulines en la Argentina). Estas frituras en trenzas del intestino delgado mucho se asemejan a