españoles o residuos de repertorios extranjeros, pero interpretan a maravilla "estados de alma" bien nuestros.
En las efusiones líricas, con cierta preocupación literaria, y, además de aquellos versos que integran un homenaje hay que recordar a las "despedidas" que junto con los "cogollos" reclaman un rango honorífico de hondo nacionalismo.
Hace ya medio siglo que entraron en desuso los versos pareados y las octavillas y casi se podría asegurar un grado de decadencia a la estimación del romance; los diálogos do cantos contestados y las letrillas. También se han olvidado las lamentaciones y "ayes" repetidos, las cuartetas glosadas en cuartetas, los cantos de boga (barquillas y barcarolas) y los cantarcillos amatorios con las obsesiones del "juramento" y del "imposible". Puede darse, por terminado asimismo, el uso tenaz de las expresiones