como la innoble, admiten una relativa calificación en virtud de la amplitud de su ámbito y la diversidad de sus procedencias; pero, ostensiblemente puede afirmarse que si ellas no caracterizan plenamente un género, se hacen rotar como especialidades que han contribuido singularmente a fortificar el sentido folklórico de la raza.
Descartando las especies propiamente coreográficas, bien socorridas en esta línea, y las de conjunto, debe darse preferencia a la iniciativa personal recordando las justes poéticas de los repentistas chilenos. Improvisadores y duelistas del verbo los hubo en pleno Coloniaje y algunas lides de magistrados y sacerdotes han sido registradas en parte, caracterizándose por su acre verba y liviano ingenio; pero, las consideraciones sobre las competencias de los "payadores" y las controversias de los "troveros" y "puetas" debemos relegarlas a la clase de los aires