para cautivarnos con la aparente levedad en un vaciado que no existió pero que fué conferido con prodigios de mera manualidad y tacto. El resto del hechizo lo asegura la estilización colorística y las buscadas preferencias con rutilantes toques de crudo rojo o amarillo canario, realzados con pesadas aplicaciones de oro mate.
El diseminado cuadro de la producción general en arcilla roja y negra, abarca desde el Choapa hasta el Calle Calle y el Archipiélago; y con una distribución que no logra acercarse e los montes áridos o a los cálidos desiertos norteños. En conjunto es bien rudimentaria la producción de las "grederas" de Granalla y Montenegro (Aconcagua); Quillota y Limache (Valparaíso); Doñihue, Cahuil, y Copequén (Colchagua); Nilahue (Curicó); Linares y Parral (Linares); Cauquenes (Maule); Cuchacucha (Chillán); La Florida y Puchacay (Concepción); Huequén (Malleco); y