"tortillero", el "florero", el "heladero", el "sangüichero", etc. Desaparecieron el "velero", el "dulcero", el "brevero", el "aguatero", el "Esterero", el "pastero", el "guatero", el "sandillero", el "yerbatero", el "lechero", etc.; y, entre los más caracterizados el "sereno", el "paco" (policía), el "cuadrino" (matancero o jifero), el "postillón" (de los tranvías urbanos), el "farolero", el "taquero" (para los rebalses o estancamientos de las acequias), etc.
Mas bien ocultos perviven el "tinterillo" (rábula), el "jurero", el "palo blanco" (postor simulado en las subastas), las "meicas" y adivinas (madamas) y pasa desapercibida la "cachetona" (osada dama de la sociedad).
El "resero", el "puestero", el "tropero" de América Meridional y aún el "yegüerizo" (yeguarizo) y el "matrero", sólo encuentran analogía en Chile con el "compañisto" (campañista), con atribuciones de pastor y domador, el "cabrero" (del norte), el "ovejero", el "puestero" (del extremo sur), casi confundiéndose todos con el peón, el gañán, el jornalero y otros mozos de labranza.
En el mismo medio campesino dominan los administradores, mayordomos y capataces (mayorales) soguzgando a los "inquilinos" (condicionales alquiladores de tierras de labores), a los "medieros" y a los camineros, leñadores y carreteros. Las funciones del baquiano, el rastreador, el chasque, el lenguaraz del extremo sur de América se conjugan en el suelo chileno en el "baqueano", que en mucho se asimila al "arriero". Este último tipo nacional se singulariza en muchos conceptos, y, sus atribuciones son, a veces bien similares, a la de los tipos mañeros del "apir" (cargador subterráneo del metal), el "cateador" (buscador de minas) y el "cangallero" (pirquinero ds minerales).
Frecuentan preferentemente la campiña los "faltes" (buhoneros), los "payadores" (bardos campesinos); y, con malos propósitos los "carrilanos" (maleantes que recorren la vía férrea) y los cuatreros.
En los puertos deben señalarse los "cargadores", los "fleteros", los "jornaleros" (mozos de cordel de muelles y aduanas) y los changadores.
Al referirse, en la ciudad misma al arrabal, hay que aludir previamente al imperio del hampa y la canalla. El maleante ocasional e inexperto es un palomilla", un "pelusa", un "punga".
Al ratero de los antiguos tiempos se le distinguía como "carterero