Resabios coloniales.
El aislamiento geográfico, la falta de comunicaciones y el ambiente de sumisión a los "mandatarios" civiles y dignatarios de la Iglesia, mantenidos por la Corona, forjaron un permanente equilibrio social y un relativo desarrollo demográfico que en la apartada capitanía del Nuevo Extremo pervivió varias décadas después de la Independencia. Entregada la explotación de las tierras laborables a los "encomenderos" y la vigilancia urbana al cuerpo de serenos, solía notarse algún revuelo nada más que en ocasión de los descubrimientos mineros, en los días de peregrinaciones y fiestas rituales, en los regocijos o lutos que imponía la monarquía y en las festividades civiles y religiosas. Los sismos e inundaciones también tenían