Entre las descripciones de este baile cantado hay que dar preferencia a aquella mas difundida en el extranjero. El tratadista alemán, Dr. Rodolfo Lenz, dióla a conocer en una revista berlinesa en los siguientes términos: "La cueca es baile de una pareja, joven y niña; alcanzando el espacio, a veces bailan varias parejas simultáneamente, pero cada una por sí. Los danzantes llevan un pañuelo en la mano derecha, cuyos movimientos graciosos contribuyen esencialmente a la perfección del baile. EI argumento de esta danza, es, sin duda una escena de cortejeo. La vista del hombre está clavada, con fuego provocador, en la cara de la niña; mientras ésta mira modestamente los pies del galán y sólo, de vez en cuando, le lanza una mirada. Los dos danzantes no se tocan nunca sino que pasan dando vueltas de un lado para otro: el joven en ademán de ataque y provocación, zapatea con los pies, tocando el suelo ya con los tacos ya con la punta; ella se esquiva y se defiende. En ciertos momentos del baile, que mancan el fin de un verso y una pausa rítmica, cada uno se da una vuelta completa. Al fin el joven se hinca de rodillas. El acompañamiento musical se hace normalmente en arpa y guitarra. La cantora o las cantoras están sentada en sillas; a sus pies se sientan o se acurrucan, en cuclillas, algunos jóvenes o niñas para tamborear el ritmo en la caja de los instrumentos, con el respaldo de las uñas de las dos manos. Los espectadores, sentados en cuclillas o de pie alrededor, palmotean el ritmo y animan a los danzantes con gritos y bromas. Las cantoras entonan los versos del baile en voz de tiple, muy aguda. La voz de cabeza es obligatoria; un canto natural con notas graves sería estimado feo. Cada cueca completa consta de dos pies, separados por una pausa. También caprichosamente los asistentes provocan pausas, hacen un aro, tapando de repente las cuerdas de los instrumentos y ofreciendo un trago de chicha u otra bebida presentada comunmente en un vaso grande".
Sintetizan estas líneas la mas breve y enjundiosa descripción que se conozca, con la única inexactitud de limitar, a dos, los tres pies de la cueca que son de rigor. Presentamos cuatro ejemplos de los cuales "Blanca Azucena" y "Un sueño" son modelos antiguos y del dominio folklórico, al frente de dos modernos que acusan la intervención de un músico, pero que conservan su línea tradicional en lo literario.