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- contar los sueños que se han tenido con el Trauco,-
- pasar por el humo a la persona que haya sido mirada o torcida por él,-
- ir arrastrando y azotando el pahueldun o bastón del Trauco; de acuerdo con la magia simpática, se cree que este último siente los golpes que se descargan sobre aquel,-
- una vez cogido el Trauco, se le cuelga sobre el fogón, donde se convierte en un palo que destila cierto aceite que permite sanar a sus víctimas, frotándolas con él,-
- quemar las materias fecales del Trauco,-
- desmenuzar y frotar ajos entre las manos, a fin de ahuyentarlo con su olor, y -
- arrojarle un puñado de arena, a fin de que se ocupe en contar los granos, dando así tiempo para huir.

Al insultarlo, debe tenerse cuidado de su venganza y que consiste en golpear al que le profiere los retos, o dejando sus deyecciones en el umbral de la vivienda.

Interesante es que la figura del Trauco es idéntica a un espíritu del bosque en la mitología de los selenam, lo que revelaría una relación cultural que no existe en cuanto a todos los demás elementos de sus respectivas culturas.

La