la bella hija falta todo sentimiento filial, pero ello se explica por las malas intenciones que tiene con ella el padre, quien la quiere casar contra su voluntad.
El segundo relato es aún más poético, aunque menos simbólico y abstracto. El Cherruve ama profundamente a su mujer, la Nube, que le es arrebatada por el Viento. Quiere igualmente a su hijita, Nieves, que pierde por un descuido del enano negro. Emocionante es el encuentro de Nieves con el Sol, cuyo abrazo la desvanece en nada. No sólo éstos, sino todos los rasgos del mito son de gran delicadeza, como el placer con que Nieves contempla por primera vez el amanecer. Sorprenden los profundos sentimientos que animan al relator ante los fenómenos de la naturaleza. No puede negarse que el relato revela una íntima convivencia con la naturaleza, y que sabe dar expresión a ella.