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junto a la Foch y otras organizaciones gremiales, el Partido Comunista suscribió un telegrama enviado al presidente Alessandri, a la sazón en Italia, pidiéndole su pronto regreso al país.

En enero de 1927 se realizó en Santiago el 8º Congreso del Partido Comunista chileno, en el cual se establecieron, reafirmando, posiciones anteriores, las bases doctrinarias del partido, en los siguientes términos: "El Partido irá acentuando el proceso de bolcheviquización. Los comunistas no acuden al Parlamento para consagrar el régimen capitalista, sino para destruirlo. La emancipación del proletariado no se conseguirá por vías democráticas, sino por la vía revolucionaria. Su liberación no está en el Parlamento, sino en el sovietismo."

Este Congreso fue, tal vez, la última actuación pública del Partido Comunista en estos años. Designado pocos días después Ministro del Interior Carlos Ibáñez del Campo, quien después desempeñó las funciones de vice-presidente y presidente de la república, el comunismo fue perseguido implacablemente y sus dirigentes encarcelados o desterrados. El senador Hidalgo y otros dirigentes del partido fueron apresados en marzo de aquel año y obligados a salir del país. Esta actitud se mantuvo invariablemente durante todo el gobierno de Ibáñez y, naturalmente, en el Congreso designado en 1930, el partido no obtuvo representantes, conservando sólo teóricamente la senaturía de Manuel Hidalgo, cuyo período aun no expiraba.

Al caer Ibáñez en julio de 1931, el Partido Comunista renació casi de inmediato. Su propaganda se hizo presente por doquier y sus filas empezaron a ordenarse. Sin embargo, siguiendo las sinuosidades de la política mundial, el comunismo chileno careció entonces de unidad y apareció fraccionado en dos sectores.

En Rusia se había generado un movimiento de oposición a la política soviética y a la Tercera Internacional, encabezado porLeón Trotzky. Este movimiento propiciaba la revolución mundial, utilizando como base de operaciones a la Unión Soviética. Sostenía también que la política soviética sólo había logrado crear una nueva clase: la burocracia, cuyos intereses están en contradicción con la clase obrera. Luego, cuando las graves consecuencias económicas de la Guerra Mundial obligaron al Partido Comunista ruso a restaurar transitoriamente el capitalismo (Nueva Política Económica o NEP), Trotzky y su sector se opusieron tenazmente. Más tarde, los integrantes de este movimiento fueron expulsados del Partido Comunista