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mente, la Junta de Gobierno de Santiago acordó substituirlo por Bernardo O'Higgins, en el comando en jefe del ejército. Aquí se inicia la grave rivalidad entre ambos generales, que habría de tener importantes consecuencias en la vida del país y que haría tomar forma a los dos bandos rivales: o'higginistas y carrerinos.

Los acontecimientos posteriores pertenecen más a la historia civil y militar de Chile que a la política. Luego de algunas alternativas guerreras, José Miguel Carrera, que había caído prisionero de los españoles, logró escapar y se presentó en Santiago, en donde mediante otro golpe de Estado asumió nuevamente el gobierno. El general O'Higgins, que se encontraba en el sur desconoció la autoridad del nuevo gobierno y marchó con sus tropas contra Santiago. Estaban ambos ejércitos a punto de irse a las manos cuando se recibió la noticia de una nueva invasión española al mando de Mariano Osorio. Ambos rivales se reconciliaron y O'Higgins, junto con reconocer el gobierno que presidía Carrera, le hizo entrega del mando en jefe del ejército.

En la batalla de Rancagua que se libró en octubre de 1814, se produjo el conocido desacuerdo o mal entendido entre O'Higgins y Carrera, que incrementó más las rivalidades.

Derrotados los patriotas, se produjo la emigración a Mendoza. En aquella capital, los desterrados chilenos se agruparon nuevamente en los bandos de carrerinos y o'higginistas. Se hicieron recíprocamente las más agrias recriminaciones, imputándose los males de Chile y en especial el desastre de Rancagua.

El gobernador de Cuyo, general José de San Martín acogió cordialmente al general O'Higgins y a sus parciales; pero se manifestó mal dispuesto con José Miguel Carrera y los suyos. A su vez, el general José Miguel Carrera se mostró altanero y provocador, desobedeciendo órdenes de San Martín. La situación llego a tal extremo, que San Martín ordenó a José Miguel Carrera y a sus principales parciales, Julián Uribe y Manuel Muñoz Urzúa, que habían integrado la última Junta de Gobierno en Chile, que abandonaran Mendoza. Igual orden dio a Luis y a Juan José Carrera. En contestación a un memorándum que los o'higginistas habían presentado al gobernador de Cuyo, José Miguel Carrera y los suyos presentaron a su vez; otro con más de 130 firmas.

Ante la conminación de San Martín, los principales carrerinos se trasladaron a Buenos Aires, pero allí continuaron las reyertas y las dificul