STELLA $ la solidez y profundidad que kilcaba á la suya, y lo llevó hasta la erudición. Con el apasionamiento que empleaba en sus deter- minaciones, vigiló personalmente 'sus estu- dios; repasábale las lecciones, y “asistía 4 las clases que le daban, además de las del colegio, maestros en la casa, En las vacaciones, levá- balo 4 la estancia, donde apreudía 4 domar a potro, 4 atravesar á nado un río.
«Actuarás en las épocas de las iniciativas individuales; quiero que seas un hombrel» le había dicho, Y modelaba ese hombre
Lo adoraba; pero si la claridad de la inte- ligencia, el desarrollo intelectual asombroso, la docilidad del niño no hubiesen existido, y hubiera sido necesario forzarlo, habríalo he- cho firmemente, pues á ese carácter inexpug- nable, no lo tomaban por asalto ni los afectos, ni el interés, ni las pasiones.
Quería en él, al continuador de un sí mistuo perfeccionado, y para ello trataba de imp, mirie su propia modalidad —energía, decisión, tenacidad, vigor, fortaleza—y de destruir toda huella de la fadole materna, en la q había inclinaciones al decaimiento, á la negli- gencia, al pesimismo, y que solían aparecer tímidamente, algunas vez, en la del hijo.
La madre murió antes que cumpliera dos años, Sus hermanos, que pertenecían 4 esa clase de celibatarios mansos, de cerebro lento y corazón: seasible de poca capacidad, que rebosa con un solo afecto, adoptaron al so»