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se STELLA
Máximo, —deslizó al oído de Enrique al pasar 4 su lado. Ñ
—Con tu pan te lo comas mi hijita, le con- testó éste, indiferente en su egoismo.
Cuando el segundo despacho, fechado en Rio, llegó, anunciando el arribo del buque en que venía Máximo, Emilio estaba ya en la estancia, y Alex se había hecho cargo defini- tivamente de la correspondencia y de los li- bros de su tío, cuyo aspecto quebrado y en- fermizo, empezaba á alarmar á los suyos.