STELLA sw agitado, ardiendo como una llama interior que quiere ocultarse, en los sublimes líeders de Sehumana.
—La Estrella, pedíale aquel pequeño pú- blico artista y recogido.
Y ella empezaba:
<0OR! tu, belPastro incantator.....>
Después, á su voz delicada y profunda, unfase la voz grave de barítono de Gustavo; elevábanse las dos, para recogerse siempre junidas, y terminar así la soñadora canción. | Los amigosde Cristianía, conservaron en ¡su memoria la visión de ese grupo admirable: la Fuerza, la Juventud y la Belleza. | Así era Alejendra. Su padre creyó format- la para la vida y la formó fuera de ella. Alex concebía un mundo irreal; un mundo justo, dilo, bueno,
bia vendar una herida, curar un enfer mb, aplicar el remedio que aplaca el dolor; no|sabía que el alma tiene llagas: Sabía que hay delitos que condenan los códigos y pier- den 4 los hombres; pero hasta ahí sólo llega- ba su ciencia del mal.
Delicada y pura, se bubieran gritado en sus oídos los más monstruosos vicios de la humanidad, sin que ella se ruborizara á fuer- za de ignorarlos. Nacida, crecida entre hom- bres excepcionales, hija de un hombre excep- cional, no conocía las bajezas, las mezquin- dades mi la traición.