Página:Duayen Stella.djvu/474

Esta página no ha sido corregida

40 STELLA.

trofes, me detuvo; el mío sabía que no son las palabras las que convencen siempre, que mis aliados debían ser la ausencia y el silencio. .. Necesitaba ser el hombre que ella deseaba que yo fuese, y para ello, que se me diera el tiempo de rescatar mi vida inútil; de evolu- cionar, de desplegar ante ella todas mis facul- tades activas... Ahora comprendo, que la faci. lidad con ;ue ha entrado y se ha encarnado en mí en segundos, una resolución que hace un año :ue habría hecho reír, me habría pa- recido tan imposible como levantar con una mano un monolito, emana de esta razón: des- de hace un año en mi interior ha venido ba- ciéndose esa evolución que hoy necesito con- pletar... ¡Alex! He empezado 4 aprender en ella la fe en la dicha; quiero en ella conocerla... Lucharé, esperaré: después ella será el descan- so, el refugio seguro y seductor, ... ¿Y t6, mi Reina; tú, mi Angélica?. . . ¡Ah! ¡Cómo desearía creer lo que tu hermana cree, lo que creyó tu madre! ¡Creería entonces que tú me miras, me escuchas, me souríes, y que en tu belleza apa- rece nuevamente la expresión que tuvo aque- la tarde en la terraza de mi casa,—¡la casa que un día tal vez sea la suyal—cuando te prometí lo que prometo ahora: ser también su padre... Sí mi Reina será sui aliada; mi Reina será nuestro Médium!»





El Astro hubíase extinguido, más queda: