STELLA 40 el motivo: «Bs gente de las estancias y de las chacras que han venido 4 la función. Es el día de la Virgen del Rosario, la patrona del partido,
Sele ocurrió entrar, y allí confundido entre la gente que se aglomeraba en el interior, al- canzó 4 distinguir los cabellos blancos del auciano cura, á quien conocía desde su niñez, que se acercaba al lado izquierdo del altar; en ese mosuento toda la concyrrencia púsose de pie,
Terminado el Evangelio, el sacerdote dán- dose vuelta al pueblo empezó á hablar. Cou- tó sencillamente, el sencillo cuento del paja- rito que cruzó una vez el campo de unas po- bres gentes. En él apareció al poco tiempo
y dió sus espie gas; las pobres gentes recogieron sus granos y los sembraron, Con el tiempo el campo fué un trigal, y es del trigo que se hace el pan.
El pajarito aquél, traía un grano de trigo en el pico, y al cruzar ese campo lo dejó caer en la tierra. Ese pajarito era Stella: no había hecho sino cruzar por la comarca, pero había dejado también en ella su semilla, Los niños se habían calzado, los viejos ha- bían tenido su abrigo y su pan: «Todavía queda algo en la bolsa de los pobres del viejo cura, siguió diciendo: son los últimos granitos del trigal de Stella. Todos sabemos que ella era pobre como nosotros; que no era de ella