Página:Duayen Stella.djvu/420

Esta página no ha sido corregida

414 STELLA

niños dela escuela al aire libre; los padres, las

madres, y los hijos se apresuraban á llegar. Encontraron una blanca flor dormida, y las

flores del jardín y de los campos que velaban

su sueño.


La nocie anterior, Máximo había hablado 4 Stella que aún respiraba, tocado sus ma- nos, pasado un fósforo varias veces por sus ojos. Cuando se hubo convencido que esos ojos habían ya penetrado el gran misterio; que esas manos, flotantes hasta hacía un mo- mento, habíanse asentado para siempre; que esa voz había entrado en el eterno silencio, que ese aliento iba ya á helarse, tuvo un movimiento brusco de protesta y de dolor, «ne interrumpió el recogimiento de la familia desolada, arrodillada alrededor de ese lecho de muerte, claro como una cuna, y agobiado por su impotencia salió del cuarto diciendo: «¡No quiero verla morir!»

Pasó por el lado de Alberto, que en el co- rredor dejaba correr sus lágrimas y trataba ue calmar 4 su primogénito, quien abraza- do de El sollozaba convulsivamente. Era el único que había quedado allí; los otros niños, engañados, estaban desde la mañana con miss Mary en la ciudad.

Pué 4 tomar su caballo al tronco del Ombú montó en él, y al paso lento tornó el camino de sn caga,