STELLA 36%
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Elsegundo domingo de Marzo, á la nueve dela mañana, entró Cándido, el sirviente de Máximo, á su dormitorio y lo despertó. Ha- bía llegado á la Atalaya la noche antes, des- pués de un mes de ausencia pasado en su estancia de la Pampa Central, y el sueño que espantaba Cándido, era el sueño sano y pro- fundo de un colegial.
Sirviólesute, abrió las ventanas y la luz entró á torrentes.
El muchacho, que tenía la cabeza llena de ideas de fiestas, y proyectaba pedir permiso para ir 4 la ciudad, anunció á su patrón:
—Señor, es carnaval.
Este, que se sentía hacía tiempo de buen humor, púsose á reir y le contestó:
—Vaya, hombre, que tengo hoy el desper- tar de la Traviata. Y tarareó, imitando 4 un partiquín de ópera, los dos compases de la camarera de Violeta: “Signora.......É carne- vale”.