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La existencia de los esposos en Cristianía se pasó entre las angustias de la separación, y los goces de un regreso que libraba á uno de ellos de la muerte. En los largos entreactos de un viaje y otro se reposaban en su dicha.
Sólo después de algunos años les nació una niña hermosísima. La joven madre, de una naturaleza siempre débil, como si hubiese da- do demasiado de sí misma á su recién nacida, empezó á sentir los primeros síntomas de ua prematuro agotamiento. Las largas perma- nencias en el Mediodía, el refugio en esos clk mas templados en los que ella reconocía su cielo, provocaban reacciones en su salud, con alternativas de nuevos desmayos de su fuerza.
En su marido tan enamorado, sentía el mismo afecto paternal que en su hermano Luis, Bien sabía que, para aquel hombre, se- ría ella siempre la niña mimada, el ser de gra- cia y seducción; que él no exigía, no deseaba, ni esperaba de ella nada más; que le bastaba que fuera una criatura de delicias; que no ne-