STELLA 159 Hablaron de libros. Encontráhanse delan- te de algunas obras nacionales. Explicóle él autores y títulos: á Mitre, 4 López. — ¿Por qué se escribe tan poco en su país? preguntó Alex,
—Recuerda que el día de las carreras le decía, refiriendome á Groussac: «hay muchos hombres de talento que escriben, éste es un escritor?» Contestaba entonces á la pregunta que me hace usted hoy, seis meses después. Groussac dedica sus días 4 las letras, Dedíca- les toda su inteligencia sin dispersarla en otras cosas; hace de ella su oficio. Los otros dan 4 la imprenta sus ratos de entusiasmo 6 de tedio. ... Se conocen todos los oficios menos éste, Encontará usted al abogado, al co- merciante, al empleado, al médico, sobre todo al médico que escribe; nunca al escritor que escribe. Se tiene talento, pero se tiene el pudor dela literatura. Lo que en otras partes es gloria, lo que es muestra de la más alta civilización y refinamiento en una socie- dad, se oculta aquí como una debilidad. Tengo un amigo, talento de primer orden, todo un pensador, que guarda páginas ad- mirables, por el temor de desprestigiarse en el sentido de «falta de seriedad».
¡Qué cosa singular! observó Alex con los ojos muy abiertos de sorpresa,
Máximo tomó de entre los otros, dos pe- «queños volúmenes, eucuadernados preciosa: mente en marroquín verdoso.