2.2 STELLA
que es también la duda... Porque le im. pide ser leliz, Porque no lo será jamás mien- tras no crea. Porque su escepticismo, que es veneno para usted, no lo es para usted solo... Porque cuando el pesimismo llega 4 ee grado, es tan contagioso y tan corruptor, que mucbas veces, al sorprenderle un gesto, ma palabra en que manifestaba el suyo, he cente- nido el impulso de tomar 4 mis niños que tan- to lo quieren, y llevármelos lejos, mur lejos de usted!
El asentía con la cabeza; su boca tenía una suave amargura.
Salieron fuera, 4 campo abierto. Ya amplio espacio plano abrióse ante sus ojos el olor del trébol y del pasto decapitado eso misma tar- ds, los embriagó.
Un paso más, y penetraron el alfalfar, verde tapiz cubierto una parte por el velo violáceo de 'su for; lo demés de un verde más claro y menos alto en su reciente ecor- te», salpicado aquí y “allá por las pequeñas parvas á medio hacer,
—¿Máximo, sabes que Álex me asegura que podré entrar en Marzo al Naciona? dijo Albertito, quien llegaba recién de su paseo 4 caballo,
Sí, dijo ella acariciando el brazo del niño, que le llevaba toda la cabeza. Estoy muy satisfecha de mi mayor..,. Es un hom- brecito, y somos grandes compañeros, ¿no es verdad, Albertucho?
