STELLA 203 honesta sencillez? ¿Hombres diferentes con espíritus más simples, voluntades más enérgi- cas, más fuerte resistencia y ambiciones más limitadas, habían sido más dichosos?
Un dulce consuelo exhalabanla vieja casa, los viejos árboles, las viejas sombras, y Alex sintió que empezaba á amarlos.
La estancia apenas distaba veinte cuadras del pueblito, y tenía una extensión de cuatro leguas.
Alá en el fondo de una calle de acacias y paraísos, aparecía la casa blanca, con su te- cho en alero de tejas rojizas, rodeada por ua jardín rústico, dulce y tranquilo, La pródiga multiflor cubierta por los ramos de sus ro- sas minúsculas, festoneaba los caminos, ador- naba los troncos, se enredaba en el alambre para ayudará la retama á formar su cerco. En las zanjas y en las calles debajo de los árboles, se erguían duras, puntiagudas y lustrosas, en forma de cuchillo, las hojas verdes delos lirios blancos.
Arríates redondos 6 cuadrados con bor- duras de albucema y de atrayán, desborda- ban las flores del alhelí y de la rosa, del clavel y dela azucena : del nardo, del pen- samiento, la dalia y las « buenas noches +, y de los distintos verdes de la ruda y de la albahaca; de la salvia, de la menta y del cedrón.
A cierta distancia se detenía el jardín, dejando un ancho claro, pavimentado de