STELLA 13 bía esperar su vuelta. Llegué á prometecle tervenit y ayudarla, manifestándole 4 usted lo que sabía y pensaba del joven; es decir, que creo es la pobreza su único inconveniente, en cambio de la promesa foral de su parte de no volver á verlo. Justamente desde aquí alcanzo á percibir su expresión de apasionado interrogatorio, Hizo uva seña con la cabeza llamándola: cuando estuvo á su lado, tomándola de la
3 —Es ésta la niñita, que sin el consenti- -nto de su mamá se permite tener novio,
—Ab! ¡ya lo creo! prorrumpió la niña sin la menor vacilación. Te lo digo francamente, Máximo, Mamá y las muchachas lo detestan porque es pobre y mo viste bien. No tiene un padre como Enrique, él, que le pague el sastre y los perfumes. ..... Es de una antigua familia de Salta, sin más bienes que la casa en que viven allá en su provincia, la que los hijos han cedido á la madre y á las hermanas mujeres; el padre murió hace muchos años. Los muchachos, trabajando y estudiando hacen su vida. ... Rafael es muy inteligente, créeme, Máximo; estoy segura que te llamará la atención... .. Es muy serio, muy reservado, muy reflexivo. .... No sé verdaderamente có- mo ha podido enamorarse de mí y tomarme 4 lo serio, viéndome loquear y oyéndome cantarrear todo el día. Estudiaba con Bmi- lio y pasaba en el cuarto de éste muchas
