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su hermana, para que cediera aute el decidido cariño de la niña.»
—En un año de vida en común, prosiguió Alex, he tenido tiempo de conocer 4 la fami- lía. Ana María, de corazón muy noble é inteli gencia muy clara, es vehemente como Emi lio, audaz y decidida, No ba sido nunca con- trasiada por la educación, que es continua contrariedad, y está habituada á hacer su voluntad desde que ha nacido, como la Perla, como sus hermanos todos, Hoy encuentra un obstáculo que se interpone entre ella y lo que más la ha apasionado hasta ahora; si no puede quebrarlo, saltará sobre él, sin preocu- parse del conflicto que vendría después... Una mañana entra 4 mi cuarto, me abraza y prowrumpe en un llanto desconsolado: mi tía acababa de dar orden de no recibirá su no- vio, Trataba yo de calmarla, y creía haberlo conseguido, cuando de repente me dice, ya sin lágrimas: «Voy 4 hacer tales locuras, que verá mamá sino es ella quien tiene que Mla- marlo, por ese qué dirán que teme tanto, y al que pretende sacrificarme. .... ¡Si estuviera Máximo 4 quien nadie dice, en casa, no)» Al poco tiempo miss Mary, que á nada se viega para ella, me contó alarmada, que du- rante las salidas que hacían las dos, se veían fuera de casa. Aterrada por las consecuencias que podrían acarrearle “esas escapadas de
ña irreflexiva, conseguí, después de grandes llevarla al convencimiento que de-