14 STELKA conduciré donde élestá, contestó mirándola con ajos de descubridor de tesoros insospe- chados.
o, gracias; después de esta pieza, debo esperar á mi otro compañero.
Bastó para que Clarita frunciera el ceño y Ja persiguiera, mientras se alejaba, con aque- lasu mirada enemiga.
En el saloncito amarillo encontró á dom Luis con los amigos nombrados por Enrique además, Alberto y Carlos, que de pie mirá- banlos jugar. Elmayor placer de la noche lo probó Alex.en los ojos de su tío, que rebo- saron de admiración tierna é ingénua á su aparición.
—Qué linda eres! exclarhó.
—Desearía tanto serlo para merecer sn elo-
gio, tío! Pero... tal vez prefiero no serlo, pues así constato quesu cariño es bastante grande para hacerle ver en mí lo que no hay. Lindas están las muchachas, De Isabel no hay ya nada más que decir, ella y Blena tienen 1 sentada su fama; pero Ana María, que es éste su primer baile! Está deliciosa! Si, es muy mona mi chiquilina, y tan tra- viesal—Y presentó: el señor Ministro de Espa- ña, el señor donJosé Escriña, el señor Mon- tana; mi sobrina Alejandra Fussller,
«Fusslles. .. Pussller. ..2murmuraba el pri- nero como queriendo recordar algo. Fué des pistado por Alberto,
—Señor Ministro, y usted don Pepe, uo les