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ACTO PRIMERO.
ESCENA I.
Una calle de Roma.
Entra un grupo de ciudadanos amotinados, con palos y otras armas.
1.er ciudadano.— Antes de seguir más adelante, oid lo que tengo que decir.
Ciudadanos (hablando á un tiempo).— ¡Hablad! ¡Hablad!
1.er ciudadano.— ¿Estáis resueltos todos á morir antes que sufrir el hambre?
Todos.— ¡Si! ¡Sí!
1.er ciudadano.— Pues bien; ya sabéis que Cayo Marcio es el enemigo capital del pueblo.
Todos.— Lo sabemos. Lo sabemos.
1.er ciudadano.— Matémosle y tendremos trigo al precio que queramos. ¿Está decidido?