Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/364

Esta página ha sido corregida
342
LAS ALEGRES COMADRES

tres muertes diversas. Primero: un terror indecible de ser descubierto por el apolillado carnero manso. Segundo: estar como hoja de Toledo enrollada con la punta junto á la guarnición, encerrado en la circunferencia de un celemín, con la cabeza entre los piés. Y luégo ser embutido allí con pestíferas telas que fermentaban en su propia grasa. Pensad en esto: un hombre de mi temperamento, sensible al calor como la manteca: un hombre que está continuamente sudando y derritiéndose. Fué un milagro no morir asfixiado. Y en lo más fuerte de este baño, cuando estaba ya medio cocido en aceite, como guisado holandés, ser arrojado al Támesis, y enfriarse en esa marejada, pasando de repente del rojo cereza al ceniza oscuro, como herradura de caballo. Considerad esto, considerad: un calor de ascua, un calor de infierno!

Ford.—Con toda mi alma deploro que por culpa mía hayáis sufrido todo esto. Considero, pues, perdida mi pretensión. ¿Pensáis no volver á hacer la prueba?

Falstaff.—Señor Brook, consentiría en ser arrojado al Etua, como lo he sido al Támesis, antes que dejar esto así. Su marido ha salido á cazar pájaros esta mañana; he recibido de ella otro mensaje dándome nueva cita; y la hora es entre las ocho y las nueve.

Ford.—Pues ya han dado las ocho, señor.

Falstaff.—¿Ya? Entonces acudo inmediatamente á la cita. Venid cuando lo tengáis á bien, y os informaré del progreso que haga. La conclusión ha de ser que gozaréis de ella. Adios. La tendréis, señor Brook, la tendréis y pondréis los cuernos á Ford.

(Sale.)

Ford.—Hum! ¡Ah! ¿Es esto una visión? ¿Es esto un sueño? ¿Estoy dormido? Despierta, Ford: Ford, despierta! Tu mejor precaución se encuentra burlada. ¡Y para esto se casa uno! ¡Para esto tiene uno en su casa ropas y canastas! Bien. Proclamaré en alta voz