Página:Dramas de Guillermo Shakspeare - Volumen 2 (1883).pdf/247

Esta página ha sido corregida
227
COMEDIA DE EQUIVOCACIONES.

Antífolo.—Tanto vale cerrar los ojos, dulce amor, como abrirlos en la oscuridad.

Luciana.—¡Qué! ¿Me llamáis amor? Dad ese nombre á mi hermana.

Antífolo.—Á la hermana de vuestra hermana.

Luciana.—Queréis decir mi hermana.

Antífolo.—No: sino tú misma; tú, la mejor mitad de mi sér; la pura luz de mis pupilas; el caro corazón de mi corazón; mi alimento, mi fortuna y el único anhelo de mi tierna esperanza; tú, mi cielo en la tierra, toda mi ambición en el cielo.

Luciana.—Mi hermana es todo esto, ó al menos, debería serlo.

Antífolo.—Toma tú misma el nombre de hermana, mi bien amada, pues es á ti á quien aspiro: es á ti á quien quiero amar; es contigo con quien quiero pasar mi vida. No tienes esposo aún, ni yo tengo aún esposa. Dame tu mano.

Luciana.—¡Oh! Poco á poco, señor: esperad, voy á traer á mi hermana para pedirle su consentimiento.

(Sale Luciana.—Entra Dromio de Siracusa.)