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ACTO III.
ESCENA I.
Se ve la calle que pasa delante de la casa de Antífolo de Éfeso.
ANTÍFOLO de Éfeso, DROMIO de Éfeso,
ANGELO y BALTASAR.
ANGELO y BALTASAR.
ANTÍFOLO DE ÉFESO.
M
i buen señor Angelo, es necesario que nos excuséis á todos: mi mujer se pone de mal humor, cuando no llego á tiempo. Decid que me entretuve en vuestra tienda viendo trabajar en su cadena, y que mañana la llevaréis á la casa. Pero he aquí un canalla que quiere sostener en mi presencia que me ha alcanzado en la plaza, que le he golpeado, que le he confiado mil marcos en oro, y que he renegado de mi casa y mi esposa.—¿Qué quisiste decirme con esto, grandísimo borracho?
Dromio de Éfeso.—Decid lo que queráis, señor; pero yo sé lo que sé. Guardo todavía las señales de vuestra mano para probar que me habéis golpeado en la plaza. Si mi piel fuese un pergamino y vuestros golpes tinta, vuestra propia escritura atestiguaría lo que digo.