Duque (M.)—¿Crees, Orlando, que el mancebo podrá cumplir todo lo que ha prometido?
Orlando.—Á veces lo creo y á veces no, como aquellos que temen esperar y saben que temen.
Rosalinda.—Paciencia una vez más, mientras llega el momento de cumplir nuestro pacto. (Al Duque.) ¿Decís, señor, que si os traigo á vuestra Rosalinda la daréis aquí por esposa á Orlando?
Duque (M.)—Así lo haría, aunque tuviera que dar reinos con ella.
Rosalinda.—(A Orlando.) ¿Y vos decís que la tomaréis por esposa en el momento en que la traiga?
Orlando.—Así lo haría, aunque fuese soberano de todos los reinos.
Rosalinda.—(A Febe.) ¿Decís que os casaréis conmigo si lo deseo?
Febe.—Así lo haría aunque tuviera que morir una hora después.
Rosalinda.—Pero si rehusáis el casaros conmigo, ¿seréis la esposa de este fidelísimo pastor?
Febe.—Es lo convenido.
Rosalinda.—(A Silvio.) ¿Decís que tomaréis por esposa á Febe, si consiente?
Silvio.—Aunque tomarla y morir fuese todo uno.
Rosalinda.—He prometido allanar todo esto. Cumplid vuestra palabra ¡oh duque! de dar vuestra hija; vos, Orlando, la vuestra de recibir su hija; cumplid