Página:Dramas de Guillermo Shakespeare.djvu/491

Esta página ha sido validada
461
OTELO.

Creo que ella podria decirnos algo. Miradla, miradla de espacio. ¿No lo advertis, caballeros? La lengua calla, pero la conciencia habla á gritos. (Sale Emilia.)

EMILIA.

¿Qué pasa? ¡Ay, esposo mio!

YAGO.

A traicion han acometido á Rodrigo. Algunos se han escapado. Él queda muerto y Casio herido.

EMILIA.

¡Infeliz Casio! ¡Pobre caballero!

YAGO.

¡Fruto natural de la vida que él traia! Véte, Emilia, y pregunta á Casio dónde cenó esta noche. (A Blanca.) ¿Por qué temblais, señora?

BLANCA.

En mi casa cenó, pero no tiemblo por eso.

YAGO.

¿Con que en tu casa? Pues ven conmigo.

EMILIA.

¡Mala mujer, ramera!

BLANCA.

Soy tan honrada como vos. No me insulteis.

EMILIA.

¡Tan honrada como yo! ¡Perdida!

YAGO.

Vamos á cuidar de Casio, amigos mios. Señora, venid, que pronto hablareis de otra manera. Emilia,