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OTELO.

la otra parte de los mares. Pero ¿qué antorchas veo alli?

YAGO.

Son el padre y los parientes de Desdémona, que vienen furiosos contra ti. Retírate.

OTELO.

No, aqui me encontrarán, para que mi valor, mi nobleza y mi alma dén testimonio de quién soy. ¿Llegan?

YAGO.

Me parece que no, por vida mia.

Salen Casio, y soldados con antorchas.


OTELO.

Es mi teniente con algunos criados del Dux. Buenas noches, amigos mios. ¿Qué novedades traeis?

CASIO.

General, el Dux me envia á que os salude, y desea veros en seguida.

OTELO.

Pues ¿qué sucede?

CASIO.

Deben de ser noticias de Chipre. Es urgente el peligro. Esta noche han llegado uno tras otro, doce mensajeros de las galeras, y el Dux y muchos consejeros están secretamente reunidos, a pesar de ser tan avanzada la hora. Os llaman con mucha prisa: no os han encontrado en vuestra posada, y á mi me han enviado más de una vez en busca vuestra.

OTELO.

Y gracias a Dios que me encontrasteis. Voy a dar un recado en mi casa, y vuelvo inmediatamente. (Se va.)