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ROMEO

Huirá el color de tus rosados labios y mejillas, y le sucederá una palidez terrea. Tus párpados se cerrarán como puertas de la muerte que excluyen la luz del dia, y tu cuerpo quedará rígido, inmóvil, frió como el mármol de un sepulcro. Asi permanecerás 42 horas justas, y entonces despertarás como de un apacible sueño. A la mañana anterior habrá venido el novio á despertarte, te habrá creido muerta, y ataviándote, según es uso, con las mejores galas, te habrán llevado en ataúd abierto al sepulcro de los Capuletos. Durante tu sueño, yo avisaré por carta á Romeo; él vendrá en seguida, y velaremos juntos hasta que despiertes. Esa misma noche Romeo volverá contigo á Mántua. Es el único modo de salvarte del peligro actual, si un vano y mujeril temor no te detiene.

JULIETA.

Dáme la ampolleta, y no hablemos de temores.