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qué dijeron bajo los vasos del caballo. También el barro se pega en las patas del que quiere caminar.
Pobre campo sufridor el de estos pagos y tan guacho como yo de cariño. Tenía cara de muerto.
La noche me apretaba las carnes.
Y había tantas estrellas, que se me caían en los ojos como lágrimas que debiera llorar para adentro.