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decía el colegio pa que me den liciones?

1 252¿estaré en el colegio? ¿ahá? ¿estaré en Su desplante pareciéndole bueno, lo repitió hasta cansarse. Entonces, a pesar de la inquietud de Paula, me reí a mi vez con convicción. Numa se puso furioso. ¡Qué confianza no le daría mi manquera! Sacó el cuchillo y se vino derecho.

Hice un paso de costado, lo que debió parecerle inverosímil, dado el tiempo que puso en rectificar la dirección de su atropellada. Tres veces se repitió la misma maniobra y ya empecé a ver, yo también, la posibilidad de concluir la jugarreta en sangre. Pero el opa de Numa daba lástima, tan sonsamente perdía el rumbo.

1 —State quieto le dije amenazando <—sosegate, no te vah'a llevar por delante un cuchillo.

Paula también le gritaba, pero ya nada era válido para aquella porfía. Presumí lo que iba a suceder, visto que Numa me acorralaba cada vez con más empeño.

Lo dejé venir cerca. Al tiempo que me tiraba, de abajo, un puntazo de mala intención, saqué el puñal y, de revés, mientras esquivaba el bulto, le señalé la frente para acobardarlo. Así fué. Numa dejó caer el cuchillo al suelo y quedó con las piernas abiertas y la cabeza baja, esperando su susto.