Página:Don Segundo Sombra (1927).pdf/144

Esta página no ha sido corregida
— 142 —

mi padrino que, siempre, antes de empezar un relato, sabía maniobrar de modo que la atención se concentrara en su persona.

—Cuento no sé nenguno empezó pero sé de algunos casos que han sucedido y, si prestan atención, voy a relatarles la historia de un paisanito enamorao y de las diferencias que tuvo con un hijo'el diablo.

142 1 66 — —¡Cuente, pues!

interrumpió un impaciente.

—"Dice el caso que a orillas del Paraná, donde 'hay más remanses que cuevas en una vizcachera, trabajaba un paisanito llamao Dolores.

66 "No era un hombre ni grande ni juerte, pero sí era corajudo, lo que vale más." 66 Don Segundo miró a su auditorio, como para asegurar con una imposición aquel axioma. Las miradas esperaron asintiendo.

66 —"A más de corajudo, este mozo era medio afi"cionao a las polleras, de suerte que al caer la tar'de, cuando dejaba su trabajo, solía arrimarse a "un lugar del río ande las muchachas venían a bañarse. Esto podía haberle costao una rebenqueada, pero él sabía esconderse de modo que naides maliciara de su picardía.

66 66 "Una tarde, como iba en dirición a un sombra'e toro, que era su guarida, vido llegar una moza