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(LI)

 Señora, si no fueras más humano;
si el tuyo en su pasion se determina
á ser del tierno fruto la ruina.
Yo tiemblo.
Cond. Tiembla, pues, cobarde Elvira:
quedate, y piensa que mereces mi ira.

SCENA V.
Elvira sola.

Oh Dios, inmenso Sér!, por cuyas leyes
se juzgan las personas de los Reyes;
tú, que solo conservas en tus manos
las causas de los sacros Soberanos
no permitas que sea profanada
tu imagen en los Reyes estampada.
Ostenta tu poder: guarda á Garcia;
lo pide por mi voz la patria mía.

ACTO QUINTO.

SCENA PRIMERA.

Alek.

 Adónde márcho con destino incierto?
Qué turbación en el Palacio advierto?
No há mucho que en placeres abundaba
el dia tras la noche se pasaba,
tras la noche llegaba el claro dia,
y duraba continua la alegria.
Mezclábanse en las galas y en las flores
la purpura y el oro y los olores.
Los juegos, fiestas, brillos y hermosura
embriagaban al alma con ternura.
Hasta los elementos parecian

que