en negocios muy graves á mi lado.
No menos que de mí, de Elvira fio:
su pecho es uno con el pecho mio.
Así lo fuera el tuyo! De otra suerte...
Alma. Yá parece imposible resolverte;
y pues guardar á Sancho es despedirme,
y no ceder, yo quiero ser tan firme
en mi resolucion: queda en la tuya;
será razón que de tu Corte huya.
Yá será peligrosa su morada
á mi persona, a riesgos entregada.
Yá pierdes á Almanzor. Desde hoy perdiste
(porque tú conservarle no quisiste)
a un amante que fino idolatraba
la imagen de tu rostro: que aspiraba
á poner á tus plantas su corona;
que por verte exponía su persona
en medio de Castilla, tierra ingrata,
que siempre fiera al Africano trata.
Pierdes á quien juraba (y lo cumpliera)
serte constante el tiempo que viviera.
Es esta aquella fé que prometiste
guardarme para siempre? Ay de mí triste!
Condesa, si matarme pretendia
tu amor, yá convertido en tiranía;
si yá cansado de mi amor, desea
frustar tu pecho mi constante idea;
no me lo digan tus ingratos labios;
completa con mi muerte tus agravios;
toma el puñal, que para Don Garcia
en tu mano dexó la mano mía;
dirige contra mí su punta; hiere;
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