que consume los años como instantes,
divierte al joven, y al anciano enfada.
Cond. Admiro tu fineza.
Alek. Es dimanada
de que no aspiro mas que á ser honrado.
Cond. Contra tu Rey no te hallas irritado?
Alek. Abomino a los hombres que se atreven
á dár censura a quien obsequio deben.
El Rey es como Dios: señora, atiende;
quien mas lo estudia, menos lo comprende.
Yo marcho en fin, y con valor me hallo:
conocerá Almanzor que un buen vasallo
no se suele encontrar tan facilmente.
Me llamará, y entonces obediente
yo volveré á sus plantas: sus enojos
se borrarán con llantos de mis ojos.
Después de haber vivido algunos años,
meditando mis muchos desengaños,
mas cuerdo volveré desde mas lejos:
será mejor mi voto en sus consejos;
más util le seré mientras más sabio;
con más servicio pagaré mi agravio;
y de verme más apto á su servicio
por corto juzgaré mi sacrificio.
Si acaso su rigor fuere tan fuerte
que me olvide en destierro, y que la muerte
me alcance en mi desgracia, quán dichoso
su momento será !Con qué reposo
Alek espirará! Con qué sosiego
de no haber sido injusto palaciego!
Cond. Allí viene García, noble moro.
Si recibirle ó despedirle ignoro;
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