en sangre, que a mi mismo pecho llega.
Ya lo acabó. Si dura más, ¡ay Cielos!,
mi vida acabarían mis recelos.
Alm. Si mi cariño, si mi bien deseas,
lee el papel; y luego que lo veas,
harás, Condesa, cuanto en él te pido.
Dándola el papel.
Si te falta valor, desde hoy te olvido.
Condesa sola.
Oh terrible amenaza, tente, espera...
Qué dirá este papel! Suerte severa!
Qué susto da su vista! Y qué tormento
al leerle temblando experimento!
Parece que una mano oculta y fuerte
(ó funesto papel!) me quita el leerte.
Leeré para salir de mis rezelos.
Qué densa nube se interpone, ó cielos!,
entre mi débil vista y tus renglones?
Salgamos con valor de confusiones;
bebamos de una vez todo el veneno
con firme labio y corazón sereno.
No tiembles, mano, vista no te alteres;
porque vea Almanzor, que las mujeres
no tienen menos brío que los hombres.
Atiende, corazón, y no te asombres.Lee
Mas, Cielo, qué he leído! Si me engaño!
Si grande fue el temor, mayor el daño:
O bárbaro Almanzor, indigno amante!
Qué daño has de temer de un tierno infante?
Del ídolo de amor, Deidad demente,