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D. FRANCISCO FERNÁNDEZ DE LA CUEVA

magistratura; y para hacer ver que esta y no otra razón de desagrado le movía en su negativa, le honró con el ejercicio de gentil-hombre de su cámara *, y le llevó consigo en su viaje á Aragón, emprendido con áni- mo de fomentar la guerra que ardía en Cataluña.

Ed esta sazón, llegando á noticia dcS. M. la enfermedad déla Reina Isabel de Borbón, «despachó por la posta al señor duque de Alburquer- que;> con buenas nuevas de la guerra para la Reina, y para enterarse del estado de su salud; mas si por de pronto aquéllas la consolaron, no fue- i'on parte á salvarla de la muerte, que poco después la arrebató de este mundo, siendo nuestro Duque uno de los grandes que velaron su ca- dáver -.

En 12 de Enero de 1645 casó el duque de Alburquerque con la se- ñora Doña Juana Francisca de Armeudáriz, segunda marquesa de Ga- dreita, dama de la difunta Reina Doña Isabel, y después camarera mayor de las Reinas Doña María Luisa y Doña Mariana de Neoburgo, esposas de Garlos II.

Al poco tiempo de verificado su enlace le volvemos á encontrar de general de la caballería en el ejército de Cataluña. De este cargo, que desempeñó algunos años, pasó á ejercer el de general de las galeras de España, con las cuales se halló en el sitio de Barcelona y se opuso á la armada de Francia con tanta pericia y denonado esfuerzo, que llevó á cabo uno de los hechos más gloriosos de aquella larga y sangrienta campaña. Consistió éste pero oigamos cómo lo refiere con voz más autorizada y competente el mismo Rey D. Felipe IV:

«Bl Rey. — Duque de Alburquerque, primo, gentil-hombre de mi cá- mara, capitán general de mis galeras de España: Por una carta de 24 de Noviembre escrita sobre Tarragona, he visto referís que habiendo tenido noticia venían con socorro á Tortosa algunas embarcaciones y que se hallaban en el paraje de Cambriles, os encaminastes en su busca con seis galeras, cinco de España y una de Gerdeña, que descubrieron cuatro navios de enemigos al amanecer, y luego comenzaron á salir con viento fresco á la mar, y vos navegastes en su seguimiento acañoneándolos; y reconociendo quanto convenía desalojarlos de donde se hallaban, y des- truirlos, pues con eso se aseguraba el ocupar á Tortosa, distes orden á las galeras fuesen siempre peleando, á que distes principio con vuestra

Avisos de Pcllicer de 3 de Muyo de IGÜ.— Semauario ciudito de Valladares. — Tomo 33.

Avisos de Pcllicer Ocurrió su ralleriiiiiciito el (i de Octubre de KJli.

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