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MEMORIAS DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA

dice tienen príncipes naturales ó caciques que los gobiernan, siembran y cojen sus sementeras de maíces; sus tierras fértiles, abundantes de riegos por las corrientes del Norte, y que gozan de las vacas silvestres que llaman cíbolas y las demás frutas que contiene el río de las Noeces en que rematan. En estas naciones estará en 28° la nación délos Tejas, de cuyos límites se volvieron dichos Capitanes Hernán Martin y Diego del Castillo, por el mismo rumbo á la villa de Santa Fé, subiendo á la parte del Norte lo que va á decir de 28 á 37° y distancia de 250 leguas, y luego que llegaron á la dicha villa, manifestaron las perlas que llevaban y habían cogido, al dicho General Hernando de la Concha, el cual las remitió al Excmo. Sr. Virey con el P. Fr. Antonio de Aranda, Custodio, y habiendo llegado á esta ciudad de México, las entregó al Excelentísimo Sr. Conde de Alba de Liste, Virey que era entonces, el cual, con consulta de los Sres. Oidores de esta Real Audiencia y parecer del señor Fiscal, remitió despacho para que de nuevo el Gobernador de dichas provincias del Nuevo México, por aquella parte enviase soldados y Capitán que los gobernase de su satisfacción, y que reconociesen el dicho río de las Noeces, y pasasen á vista de sus corrientes hasta donde pudiesen llegar, y trajesen razón verídica de aquella tierra y la marcasen en la mejor forma que pudiesen, el cual orden ejecutó el Capitán D. Juan de Samiago, Caballero del Orden de San Juan, Gobernador que era entonces de dichas provincias del Nuevo México, remitiendo, como remitió, el año 1654 al sargento mayor D. Diego de Guadalajara y treinta soldados á su orden y algunos doscientos indios cristianos por el rumbo referido, y hallaron en él cantidad de indios de la nación Jumana, y queriendo proseguir su viaje, estos mismos indios advirtieron al dicho Sargento mayor D Diego de Guadalajara, que losCuitoas, Escanjaques y Aijados estaban de guerra, y el dicho Cabo y Capitán para reconocer si era así, envió al Capitán Andrés López y algunos indios cristianos y muchos de los jumanas que salieron de buena gana á reconocer dichas naciones, quedándose el dicho Capitán y Cabo en aquel paraje con el resto de los soldados, y habiendo caminado el dicho Capitán Andrés López con los doce soldados é indios cristianos y jumanas como 30 leguas al Oriente, dieron con una ranchería de indios de la nación Cuitoas, con quienes tuvieron una guerra bien reñida y reconocieron que los indios de la nación Escanjaques y de la nación de los Aijados en diferentes tropas iban entrando á socorrer á los Cuitoas, con quienes estaban peleando, y después de haber durado la batalla casi un día, quedando por los nuestros la victoria, y con pérdida de muy pocos indios nuestros y muchos de los con-