al Rey de Francia se hacía de los reinos de Quivira y Teguayo, tan ricos y poblados, al punto ordenó al Consejo de Indias que diera cuenta á S. M. de la situación y circunstancias de unas regiones que le eran desconocidas, aunque caían ó debían caer dentro de sus dominios, y aquel alto cuerpo, custodio de cuanto se refería á la administración y orden de las Colonias, después de registrar el archivo y de oir á las personas que habiendo residido en Nueva España gozaban concepto de entendidas, informó no saber otra cosa de tales reinos, que lo que escribió é imprimió Fr. Alonso de Benavides, del orden de San Francisco, Custodio de las conversiones del Nuevo Méjico, encareciendo la importancia y riqueza de tales reinos, y noticiando que por la bahía del Espíritu Santo se podría entrar al de Quivira, andando poco más de cien leguas de tierra [1] .
No citando el Consejo el Memorial de Peñalosa ni la relación del padre Freitas, en fecha tan cercana, es evidente que no había recibido semejantes documentos, como lo es también que no los tenían el Rey y sus secretarios que hacían la pregunta.
Se acudió entonces al Virey de Nueva España noticiando las gestiones que hacía en París D. Diego, y encargándole en cédula fechada á 10 de Diciembre de 1678, dijera con toda especialidad, distinción y claridad lo que pareciese en el asunto y acerca de lo escrito por Fray Alonso de Benavides en relación al reino de Quivira y bahía del Espíritu Santo: se repitió el mandato no cumplido, en nueva cédula dé 2 de Agosto de 1685, y entonces Fr. Alonso de Posadas, de la orden de San Francisco, Custodio del reino de Nuevo Méjico todo el tiempo que gobernó aquella provincia y reino D. Diego de Peñalosa, y que antes había asistido allí diez años como misionero, siendo conocedor práctico del territorio, redactó el informe, extendiéndose en la descripción é historiando su descubrimiento y asiento. Trata, por consiguiente, de las expediciones realizadas desde la del Adelantado D. Juan de Oñate en 1605, á la del Maestre de Campo Juan Domínguez de Mendoza con el padre Fray Nicolás López en 1684, sin que Peñalosa parezca entre los exploradores por ningún concepto.
El mencionado Fr. Nicolás López, Custodio y Procurador general de Nuevo Méjico á la sazón, y Legado de S. S., remitió por su parte otro informe extenso, certificando la fertilidad y riqueza de las naciones orientales, así como la docilidad de los indios que las poblaban, entre los cua-
- ↑ Archivo de Indias. —Indiferente general.— Consultas del Consejo y Cámara.— Años de 1678 á 1679. — 18 de Noviembre de 1678— Copia remitida á esta Academia.