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DON DIEGO DE PEÑALOSA

nes que yo reformé de las que capituló con el Virey D. Luis de Velasco; en cuanto á esto me remito á lo que escribí el año 96, cuando envié la razón de los capítulos reformados, que en sustancia fué que en algunos le podría V. M. hacer merced, mas que en dos ó tres de ellos no convenía, y señaladamente era intolerable la independencia que pedía de las Audiencias en justicia, y del Virey en cuanto á guerra y hacienda; porque puesto que se contiene esta concesión con otras en las Ordenanzas generales de los nuevos descubrimientos y descubridores, conforme á las cuales se hizo el asiento sin limitación alguna, ello pedía reformación ahora. Digo lo mesmo y que la experiencia ha mostrado, no sólo que pudiera ser de inconvenientes gravísimos el estar D. Juan independiente, pero el esperar que lo estaría brevemente, viniendo de España alguna declaración, y el pretender que yo no había podido reformar lo capitulado, ha sido mucha parte (y así lo confiesa su hermano D. Cristóbal) para que haya estado tan seca y tan cerrada la correspondencia del Gobernador conmigo y con la Audiencia, á lo menos en lo que es papeles y autos, que jamás se ha visto que haya venido ni uno tan solo, ni una petición ni apelación de parte, de donde resultó á su gente tan gran descontento, que como oprimida y mal satisfecha, vino á reventar en la desorden de esta salida que ha hecho.

 »También consideré en esto la muchedumbre de quejas que han derramado contra el Gobernador y sus deudos, y lo que le quieren imputar de violencias y agravios que dicen haber hecho en aquella asistencia, y puesto caso que algunos hechos notorios tienen apariencia desto, más es muy posible que tengan hasta excusa en la intención y causas con que procedió el Gobernador, y otras quejas quizá no tienen fundamento alguno que sea cierto; bien sea que esto no se atajara aunque hubiera recurso para los quejosos, pero hubiera sido mucho menos con el desengaño de lo que fuera mentira, y con alguna corrección de lo que saliera cierto; y en fin, las malas voluntades que algunos fueron concibiendo no se reconocieran por tanto tiempo que llegaran á enconarse, como se enconaron con manifiesto peligro de acaecelle algún desastre: la mayor parte de las noticias son en un memorial muy grande y sin firma que vino á mis manos y por modo que el autor no se ha podido entender hasta ahora, y se recogió el papel sin publicarse, y la parte que tiene autor nace de personas en quien corre sospecha de que hablan con pasión y particulares fines. A mí y á esta Real Audiencia nos ha parecido que en el estado que tienen las cosas de aquella jornada y tierra, no conviene remover humores en ella sobre estas noticias, mientras no hubiese parte