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DON DIEGO DE PEÑALOSA

guiando el campo. La segunda, que á mediados del siglo pasado se sublevaron algunas familias de indios cristianos del pueblo y nación Taos; se retiraron á los llanos de Cíbola y se fortificaron en un paraje que después por esto llamaron el Cuartelejo, y estuvieron en él hasta que Juan de Archuleta, por orden del Gobernador, pasó con 20 soldados y porción de indios auxiliares, y los redujo á su pueblo. Halló en poder de estos Taos alzados, cazos y otras piezas de cobre y estaño, y preguntándoles que de dónde las habían adquirido, respondieron que de los pueblos Quiviros, á donde habían hecho viaje desde Cuartelejo.. Causó esto grande admiración y contento á todos los españoles y religiosos del reino. Creyendo que aquellos cazos y piezas se fabricaban en la Quivira, y de aquí inferían ser un reino muy político y rico. Del Cuartelejo por aquel rumbo se va á los Pananas, y se ve hoy ciertamente que no hay otros pueblos más que los dichos, con quienes ya entonces comerciaban los franceses. A más de esto, en todos los pueblos que desde los Jumanas para ei N. ó NE. han descubierto los ingleses y franceses, no sabemos haberse hallado alguno de la policía y riqueza que en la gran Quivira se imaginaba.

»Del mismo modo, por relación de indios infieles mal entendidas, se persuadieron muchos á que de la otra parte del río Colorado, que con el Gila entra en el golfo de California, habitaba una nación parecida á la española, la que usaba barba larga, armamento como el antiguo nuestro de peto, morrión y espaldar; y éstos, sin la menor duda, son los Yutas barbones de quienes el Rdo. P. Custodio y yo hablamos en el diario del viaje que hicimos por aquellas tierras el año de 76, los cuales viven en rancherías y no en pueblos; son muy pobres; no usan más armas que las flechas y algunas lanzas de pedernal, ni tienen otro peto, morrión, ni espaldar que el que sacaron del vientre de sus madres.

»Es cuanto ahora puedo decir y permite la brevedad de una carta. Dios Nuestro Señor guarde á V. R. muchos años en su gracia. Santa Fé y Abril 2 de 1778. B. L. M. de V. R. su afecto servidor, hermano y capellán, Fr. Silvestre Vélez de Escalante.»


La obra de Barcia tantas veces citada en este informe, es de gran interés para el que desee estudiar la historia de las expediciones en la América septentrional: titúlase Ensayo cronológico para la historia general de la Florida. Contiene los descubrimientos y principales sucesos acaecidos en este gran reino á los españoles, franceses, suecos, dinamarqueses, ingleses y otras naciones, entre sí y con los indios, cuyas costumbres, genios, idolatría,