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DON DIEGO DE PEÑALOSA

rantía de fidelidad, yendo sólo de su nación con mil ó mil doscientos franceses aguerridos, á discreción del Comandante francés que le acompañe, y al que, dice, podrá darse orden de ahorcarle en el primer árbol si falta á cualquiera de las ofertas que hará.

»Se propone no sólo hacerse dueño de Pánuco, sino obligar á los habitantes del país á llevar los víveres necesarios, tanto para conservar el puesto que proyecta fortificar y guarnecer con franceses, como para ir á Nueva Vizcaya por camino de unas 80 leguas que asegura le es particularmente conocido, y que no encontrará en él españoles que se opongan al tránsito; que con la misma facilidad se hará dueño de las minas y de la provincia de Nueva Vizcaya, que teniendo más longitud que el reino de Francia, aunque es más estrecho, no cuenta más de quinientos españoles naturales, dispersos en todo el territorio, y casi todos incapaces de defensa, debilitados por los placeres, y por no haber tenido nunca ocasión de guerra.

»Que una vez en el país con mil franceses, y aun con menos, se posesionará en absoluto, cojera gran riqueza enviándola á Pánuco para su trasporte á Francia, y guardará la conquista.

»Que solamente de la provincia de Nueva Vizcaya podrá sacarse fácilmente cada año 20 á 25 millones de libras en barras de plata, y traerlas á Francia á menos costo que lo hacen los españoles, porque estos, en vez de llevar la plata que extraen de las minas directamente á Pánuco, la hacen trasportar en muías á la ciudad capital de Méjico, que dista más de 300 leguas, y esto porque el Virey y los Oficiales de Hacienda que allí están establecidos, quieren tener derechos de esta plata que á gran costo reexpiden en muías desde Méjico á Veracruz, donde se hacen todos los embarcos en la flota española, y este puerto dista más de otras 100 leguas.

»En cuanto á la facilidad de la conquista, asegura que la provincia de Nueva Vizcaya no tiene ninguna fortaleza; que será tomada antes que el Virey, que está en Méjico, lo pueda saber; que no bien se presenten los franceses con él en Pánuco, los indios, mestizos, mulatos, negros y también los criollos, se alzarán contra los españoles naturales, cuya tiranía no pueden soportar más; que estas gentes no desean otra cosa que entregarse á nación cristiana que los libre de la opresión que sufren, y que los criollos son los que más detestan á los españoles naturales, á los que llaman cachupines en injuria, porque los maltratan y los privan de todos los empleos.

»Que respecto á los medios de conservar la conquista, se encontrará