sentimiento y aumentan las dificultades los hombres deben esperimentar con menos frecuencia y con menos vigor los ardores del temperamento, y por consecuencia tener entre ellos pocas querellas, y en caso nada crueles. La imaginacion que causa tantos desastres entre nosotros, no tiene ninguna influencia ni habla a los corazones salvages: casa uno espera tranquilamente el impulso de la naturaleza; se entrega a él sin eleccion, con mucho mas placer que furor, y satisfecha la necesidad, todo deseo desaparece y queda apagado.
Es pues una consa incontestable que el amor mismo, así como las otras pasiones, no ha adquirido sino en la sociedad aquel ardor impetuoso que le hace repetidas veces tan funesto a los hombres; y es tanto mas ridículo el representar a los salvages despedazándose entre ells sin intermision por saciar su brutalidad, cuanto esta opinion es diametralmente opuesta a la esperiencia, y que los Caribes, uno de los pueblos existentes que hasta ahora ha sido el que menos se ha separado del estado natural, son precisamente los mas pacíficos en sus amores, y los menos sujetos a los zelos,