esclavos que conociesen a fondo a sus amos, pero que no conviene a hombres razonables y libres, que buscan la verdad.
¿De qué se trata, pues, esencial y principalmente en este discurso? de señalar y dar a conocer en el progreso de las cosas el momento en el cual, el derecho sucediendo a la violencia, la naturaleza fue sometida a la ley: explicar por qué encadenamiento de prodigios el fuerte pudo resolverse a servir al débil, y el pueblo a comprar un reposo ideal por el precio de una felicidad efectiva.
Los filósofos que han examinado los fundamentos de la sociedad han conocido todos la necesidad de remontar hasta el estado natural, pero ninguno de ellos ha podido llegar a él. Los unos no han fluctuado en suponer al hombre en este estado la noción de lo justo y de lo injusto, sin curarse de manifestar y probar que debió tener esta noción, ni menos que le fue útil. Los otros han hablado del derecho natural que cada uno tiene de conservar lo que le pertenece, sin explicar lo que ellos entendían por pertenencia. Y algunos otros, dando sin dificultad al más fuerte la autoridad sobre el más débil, han al momento hecho