gun modo cierta conexion con nuestra naturaleza, por la parte sensible de que se hallan dotados, se deducira, que deben participar tambien del derecho natural, y que el hombre esta obligado para con ellos a cumplir cierta especie de deberes. Parece en efecto, que si estoy obligado a no hacer ningun mal a mi semejante, es mucho menos porque es un ser razonable, que con motivo a que es un ser sensible: cualidad que siendo comun al hombre y a la bestia, debe a lo menos dar a esta el derecho de no ser maltratada inutilmente por él.
Este mismo estudio del hombre original, de sus verdaderas necesidades, y de los principios fundamentales de sus deberes, es el solo medio que puede emplearse para aclarar las infinitas dificultades que se presentan sobre el origen de la desigualdad moral; sobre los verdaderos fundamentos del cuerpo politico; sobre los derechos reciprocos de sus miembros; y sobre otras mil cuestiones semejantes, tan importantes como mal aclaradas.