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sobre este objeto, la disposicion de la naturaleza por el número de tetas, que no es sino de dos en cada hembra de la primera especie, como son la yegua, la baca, la cabra, la oveja, la cierva, etc, y que son siempre en número de seis ó de ocho en las otras hembras, tales como la perra, la gata, la loba, la tigra, etc. La gallina, la ansa, la ánade, que son todas aves voraces, asi como el águila, el gavilan, la lechuza, aovan y empollan un gran número de huevos, lo que no sucede nunca á la paloma, á la tórtola, ni á las aves que no comen absolutamente sino granos, las cuales no aovan ni empollan mas de dos huevos a la vez. La razon que pueden dar de esta diferencia, es que los animales que no viven sino de yerbas y de plantas, permaneciendo casi todo el dia en los pastos, y estando obligados á emplear mucho tiempo en su nutricion no podrian ser á propósito, para criar muchos cachorrillos, en lugar que los voraces no empleando sino un instante en su manutencion, pueden con mas facilidad y con mas frecuencia ir a cuidar de sus hijuelos, volver á la caza, y reparar la disipacion de una tan grande cantidad de leche. Habría no ostante muchas reflexiones y observaciones particulares que hacer acerca de todo esto; pero no es aquí el lugar conveniente, y así me, es bastante el haber manifestado en esta parte el sistema mas general de la naturaleza, sistema que da y presenta una nueva razon para sacar a hombre de la clase de los animales carnivoros, y colocarle entre las especies frugivoras,